Con su temple serio y de pocos amigos que le caracteriza, Ramón “Primitivo” Maradiaga celebró su cuarto título y número 12 en las vitrinas del Motagua.
“Supimos corregir los errores que se habían cometido en el primer partido y siempre tuvimos esa superioridad en defensa. Controlamos los tiros libres y gran parte del partido”, expresó en conferencia de prensa el nuevo estratega campeón del fútbol hondureño.
Maradiaga está satisfecho con lo que mostró su equipo en la final que derrotó al enemigo número uno, Olimpia.
“El equipo entró a jugar que es lo que más deseábamos. Hay dos factores por los que teníamos que ganar la final. Uno porque es el rival con el que no queremos perder y la otra es el título en sí”, sostuvo el Primitivo.
El adiestrador del Ciclón pese a su semblante duro, tiene sentimientos y hay una dedicatoria especial para esta copa. “Este título va dedicado a mi madre, a mi esposa y a mis hijos. Además para la afición que siempre nos respaldó y para la junta directiva que siempre confió en nuestro trabajo”, aseveró.
Para el técnico motagüense, su conjunto tiene mucho mérito para alzar este nuevo trofeo. “Motagua es un digno campeón. A lo largo del torneo siempre nos manejamos entre el segundo y tercer lugar y en algún momento estuvimos en la cima del torneo, nos merecemos esto”, acotó.
Primitivo asegura que salió convencido de lo que tenía que hacer para ser campeón. “Les hablé a los jugadores de lo que tenían que hacer. Les dije que las finales no se ganan, se arrebatan y quien sale con la convicción y carácter, es quien gana la final”.
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