ROBERTO GAMARRA nuevo D.T. ALIANZA (EL SALVADOR)

El equipo albo tiene ahora un esquema más sencillo y le resulta; el míster, por su parte, ha mejorado sus actitudes, y se le agradece.

Decía hace algunos meses en esta misma columna que Roberto Gamarra es un técnico que hace que cualquier equipo funcione. Motiva al plantel, lo para bien en la cancha y obtiene casi siempre los resultados que busca. Lo vimos en el retorno del Balboa a la primera división, en el campeonato del FAS en el Apertura 2009 y en el admirable trabajo del ya endeudado conjunto churriero en el pasado torneo de Apertura.

En aquella ocasión también mencionaba el pelo en la sopa del “Toto”: su actitud ante la prensa, una huelga del silencio que tomó durante sus últimos días en el FAS y que intensificó durante su reciente paso con el Balboa. Ese accionar no arruinaba de ninguna manera su trabajo, pero sí empañaba su imagen, sobre todo de cara a la posibilidad de volver a dirigir a un equipo grande en nuestro país.

 
Sin embargo, tras su llegada al Alianza Gamarra ha demostrado un cambio positivo en sus modos –como ya lo prometía el día de su presentación–, y me parece que pasa por la asimilación de formar parte de un equipo en el que la empatía con el aficionado es clave.

Bien por “el Toto”, que parece haber dejado atrás una faceta poco conveniente para una figura pública, como lo es todo técnico del Alianza; bien por el club, que con su solo entorno ha mejorado el perfil de un buen técnico, quien podría dar ahora un salto de calidad.

Sobre lo que el míster le ha dado al equipo rescato su planteamiento. El 4-3-3 de Miljanic era un esquema más completo, pero también más complejo. El 3-5-2 se acopla mejor a nuestro fútbol silvestre.

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