El húngaro Imre Kocsis, ex futbolista profesional que en Colombia vistió las camisetas de Independiente Medellín e Independiente Santa Fe, enfoca su trabajo deportivo en “limar” aspectos técnicos y mentales en los jugadores aficionados y profesionales, especialmente volantes ofensivos y delanteros, para que exploten al cien por ciento sus cualidades. Juan Pablo Ángel y Jackson Martínez fueron sus alumnos.
“Los jugadores colombianos pueden ser número uno en el mundo por la riqueza técnica que tienen”, aseguró tajantemente Imre Kocsis, húngaro y colombiano de corazón y por nacionalidad.
“Acá en Colombia hay dos fallas: primero no hay verdaderas empresas de fútbol porque todavía estamos muy amateres (principiantes). En Europa, por ejemplo, te ponen un aparato y computarizan todo. Hoy día hay que profesionalizar el fútbol. Y segundo no estamos convencidos de lo buenos que somos”, agregó Imre, quien a pesar de sus casi 50 años viviendo en Colombia habla el idioma español con un marcado acento europeo.
Kocsis fue futbolista por allá en la década del 50, y aunque no jugó en aquella famosa selección de Hungría de aquel entonces donde estaban talentosos del balón como Ferenc Puskas y Sándor Kocsis, su primo, en Colombia sí demostró todo su potencial como volante ofensivo, figurando con Medellín y Santa Fe.
Actualmente, todo lo que aprendió a lo largo de su carrera como jugador y ahora como entrenador, lo pone al servicio de futbolistas aficionados y profesionales, con los cuales ha logrado hacer un gran trabajo, como pasó con Juan Pablo Ángel y el artillero del momento en Colombia, Jackson Martínez.
“Con Juan Pablo comencé a trabajar cuando lo dirigía Juan José Peláez en Nacional. Él me dijo muy convencido que quería triunfar. Esa iniciativa que tuvo fue muy importante para hacer un buen trabajo. Para que un futbolista sea bueno es esencial que sea equilibrado mental y técnicamente. A Ángel le faltaba lo segundo pero como era tan profesional pudo mejorar muchísimo”, explicó Imre, quien realizó el trabajo con el hoy delantero de los Red Bull de New York durante casi cinco meses, enseñándole “a ser tranquilo a la hora de definir; a pararse bien en el área; a cabecear; a patear”, entre otros secretos de las cualidades de un buen delantero.A sus alumnos, Imre les insiste mucho en los conceptos correctos para dominar bien el balón.
“Buscamos y encontramos en el jugador lo que los otros no miran. Casi todo mundo dice a mira a este verraquito que talento, pero no le miran lo que falta y eso es lo que hay que analizar. Ese fue el caso de Jackson, un jugador con una formación física muy llamativa pero cogía el balón y salía como un disparo. Él ahora es más sereno y sabe explotar las características de un buen delantero; sus goles no son de suerte, usa las dos piernas y sabe cabecear. Un ejemplo de eso fue el golazo de cabeza que le marcó a Uruguay (por la Eliminatoria mundialista)”, manifestó el húngaro-colombiano, quien actualmente desarrolla sus clases en las canchas sintéticas del Templo del Fútbol, en Envigado, junto a Jaime Pabón, ex futbolista profesional y quien ha trabajado con algunos cuerpos técnicos de Independiente Medellín.
Con `Chachachá´, el trabajo duró alrededor de tres meses. “Acá en esta cancha pulí a Jackson. El primer día esto estaba lleno de trabajadores mirando como chutaba los balones al cielo (jajaja)”, comentó jocosamente aunque sin antes afirmar que estaba convencido que el morocho era un “diamante en bruto”.
Y esas buenas condiciones como “limador y fundamentador” de jugadores estarán ahora al servicio del Independiente Medellín, club con el que hizo un convenio para trabajar con algunos de sus prospectos y llevarlos a entrenar a Europa, para que, como afirma, tengan la capacidad de “acoplarse al fútbol del exterior”.
“Si yo voy a un medio tengo que estar preparado para ese medio. El pensado es que los jugadores no vayan a chupar banca, sino a jugar. El proyecto que tenemos con Medellín consiste en llevarlos y tenerlos allá algunos meses jugando y buscando algo que falta”, señaló Imre, quien explicó analógicamente el propósito del convenio de la siguiente manera: “Vamos a mandar café colombiano y allá ponen una vaca y una buena leche y sacamos un buen café en leche, y lo servimos en una tasita de porcelana, osea empacamos bien para tomar el más delicioso café”.
Jaime Pabón es la mano derecha de Imre.
Aunque no quiso mencionar el nombre, aseguró que dentro de este convenio hay un club europeo con el que trabajarán los jugadores. “Allá dijeron que no compraban jugadores, pero que permitían que mostraran su capacidad y que estuvieran en la vitrina europea”, comentó Kocsis, quien estuvo en el `Viejo Continente´ junto al presidente del Rojo, Jorge Osorio Ciro, hace un par de semanas.
“En enero van a viajar unos muchachos. La otra semana vienen tres personas de Europa, un entrenador, un gerente de un club y un inglés experto en fútbol, para ver algunos jugadores.
Si nosotros damos respuesta positiva a lo que queremos, te puedo garantizar que cada seis meses estaremos despachando seis jugadores hacia Europa”, añadió el también escritor, quien ha publicado 14 obras entre novelas, libros religiosos y otras temáticas.
“Colombia me regaló un país. Yo necesitaba un país. Desde que llegué hasta hoy toda la vida recibí un cariño honesto”, concluyó el hace 44 años esposo de una colombiana.
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