ESPAÑA 1 - 0 PARAGUAY
España está donde nunca, en semifinales, merced al oficio y la calidad individual de sus futbolistas, que siguen jugando agarrotados por la presión. Paraguay fue un rival duro, muy duro, con las líneas apretadas, y agresividad en las marcas para estrangular la circulación de España. Lo consiguieron gran parte del encuentro, hasta que Del Bosque movió el banquillo acertó de nuevo con el cambio de piezas. Sentó a Torres y Alonso para dar entrada a Cesc y Pedro. La selección se hizo vertical y con el cansancio de Praguay, llegaron los huecos. Villa, una vez más, abrió el coco después de cazar el rebote de Pedro, que mandó la pelota contra el palo. Aunque solo reecontrada con su estilo campeón por momentos, España ya está en semifinales de la Copa del Mundo. Apunta hacia la gloria.
1. Busquets, como en el Barça
La importancia de Busquets ha crecido con la Copa del Mundo para Del Bosque. Ayer el seleccionador planteó una variante ofensiva para romper las líneas de Paraguay: Sergio Ramos se metió en la línea de medios, con Xavi y Alonso Piqué se abrió a la derecha y Busquets se engarzó entre él y Puyol, un movimiento que Guradiola suele utilizar en el Barça para romper las líneas de presión del rival. Sergio Ramos volvió a ser un coloso y España no se resintió en exceso de su trabajo ofensivo porque los tres del Barcelona y Capdevila hicieron un gran trabajo táctico defensivo.
2. Paraguay repite la fórmula de Suiza
Paraguay intentó repetir la fórmula de Suiza, con una línea de cuatro en el centro con los interiores, Rivero y Santana, metidos hacia dentro para provocar el 2×1 sobre Xavi y Alonso junto con los interiores, Cáceres y Barreto. Lo consiguieron durante muchos minutos, las ayudas constantes, la distancia mínima entre líneas y el gran despliegue de los paraguayos ahogó a Xavi y Alonso. Iniesta, abierto a la derecha bajo la vigilancia de Morel, tampoco pudo generar fluidez en la circulación.
3. Torres -y del Bosque- comete los mismos errores
Torres volvió a cometer los mismos errores que le condenaron a la frustración contra Portugal. Quizá sea por orden de Vicente del Bosque, quizá le falta rodaje y adaptación a un sistema novedoso para él como único punta, pero Torres volvió a caer en las fauces de Da Silva y Alcaraz, a toparse una y otra vez con ellos. No juega de espaldas ni fija a los centrales para ofrecer una referencia a a Xavi e Iniesta como hizo Llorente. Además cae a banda derecha de manera previsible y cuando cae genera un espacio que ni Iniesta ni Xavi saben ni pueden aprovechar. Tampoco Villa, escorado a banda izquierda.
4. Cesc y Pedro, la verticalidad que necesitaba España
La selección necesitaba un cambio de fichas y Del Bosque acertó de nuevo con su movimiento. Esta vez no dio entrada a Llorente sino a Cesc, al que colocó en la izquierda para que Villa pasara a ser la punta de ataque. Minutos después se marchó Xabi Alonso por Pedro y Paraguay, mermada físicamente, comentó a ceder. España se hizo vertical con el cambio, Cesc atacó desde la izquierda y Pedro desde la derecha, Xavi retrasó su posición un poco por delante de Busquets e Iniesta hizo de Xavi, con total libertada de movimientos entre líneas. Fue el Iniesta de siempre, el que maravilló antes de que las lesiones musculares le dejaran en la sombra muchos meses. Un futbolista pizpireto, que juega al fútbol sobre patines y que abre un abanico de posibilidades cuando conduce la pelota. Suyo fue el mérito del gol porque abrió un boquete definitivo en la defensa guaraní.
ESPAÑA 1 - 0 PORTUGAL
España estaba atascada, sumida en el colapso, enfangada hasta la cintura en la pantanosa defensa de Portugal que no había concedido gol en los últimos nueves partidos, más de 900 minutos imbatidas. Iniesta desapereció en la derecha, Villa se pegó demasiado a la cal izquierda, donde Costa le tuvo bien atado y Xavi no conseguía superar el 2×1 que le preparó Queiroz con Pepe y Meirelles. La clave estaba en el trabajo de Torres, al que se comieron Carvalho y Alves. No dejaron ni los huesos del delantero que enamora en la Premier League. Se empeñó Torres en irles de cara y se topó una y otra vez con los centrales de Portugal.
Parecía que la clave estaba en retirar Torres, meter a Villa en el área, su hábitat natural, y dar salida a Navas o Silva para que Iniesta se moviera hacia dentro y contrarrestara así el 2×1 sobre Xavi. Entonces apareció Del Bosque, que sacó el conejo más grande la chistera: Fernando Llorente. Estas soluciones inesperadas que muy pocos acertamos a ver son las que agrandan la figura de Vicente del Bosque. Así lo explica Juanma Trueba:
Consciente de que nos faltaba algo, el seleccionador dio entrada a Llorente por Torres, fundido desde hacía minutos. Estas son las intuiciones que hacen de Del Bosque un entrenador especial y los madridistas mejor que nadie recordarán unas cuantas: la reubicación de McManaman en Old Trafford, los tres centrales de la Octava… Muestras de ingenio que otros hubieran convertido en medallas y que Del Bosque anota a los muchachos.
Fernando Llorente metió su cuerpazo entre Alves y Carvalho, que tuvieron que rajarle la camiseta para frenar su poderío. Entonces comenzaron a mezclar los centrocampistas -los que hacen a la selección un equipo diferente y único- cuando tuvieron una opción de pase en el área de Portugal. Como el propio Xavi, sin el compañero que se ofrece al pase, no es “nada”. Iniesta se tiró al centro y dejó el carril para Sergio Ramos, inconmensurable, un coloso en defensa y en ataque.
Y Villa pudo tirar las diagonales hacia dentro porque empezaron a surtirle de pases. De repente Carvalho tuvo que antender a dos frentes, al igual que Coentrao, y la zaga portuguesa comenzó a resquejabrase hasta Villa la perforó. Eduardo, gigante bajo los palos, encajó por fin.
España ya está en cuartos y, lo más importante, reecontrada con su estilo, con el juego de posesión y de posición, con la mejor versión de Villa, con Sergio Ramos en el mismo plan de la Eurocopa, de menos a más, con Xavi e Iniesta amasando la pelota. Y también con Xabi Alonso y Busquets juntos. Al menos, contra Portugal, no estuvieron revueltos. La selección debe seguir ajustando sus piezas porque este grupo apunta hacia la gloria.
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